Basado en ese principio espacial-socio-cultural, extrapolando esta teoría a las relaciones interpersonales y con la clara convicción de que la única superficie que verdaderamente poseemos los seres humanos es la propia piel, contacto inmediato con el entorno y órgano mas grande del cuerpo, surge la idea de descifrar cuál es la cantidad de superficie que cedemos al otro a la hora de tener relaciones sexuales. ¿Cuanto de nuestro propio y único espacio compartimos? por ende: ¿Qué tan lujosa es la relación sexual?
Para descifrar estas interrogantes surge el Proyecto Sexo2, que estudia a manera de laboratorio experimental de arquitectura el metraje cuadrado de las relaciones sexuales. Para ello se ha diseñado un sistema de observación y toma de muestras, al cual se someten los diversos voluntarios, desde parejas consolidadas, solteros y trabajadores sexuales. Estas muestras tomadas durante el acto sexual, traducidas en manchas que expresan las zonas de contacto son luego digitalizadas mediante un software de arquitectura que permite el cálculo del metraje cuadrado del coito.
A partir del área obtenida en la muestra, se genera un volumen de forma orgánica, que responde exactamente al metraje cuadrado de la relación a una escala determinada. La pieza de carácter monocromático plasma las huellas digitalizadas del coito registrado, dispuestas sobre una base infográfica de todo el proceso.
Rodolfo Agrella.
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